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El FBI desbloqueó iPhone del tirador en San Bernardino con hackers

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Anteriormente habíamos oído que el FBI utilizó la empresa de seguridad CelleBrite para desbloquear el iPhone de San Bernardino pero tal parece que esta información era incorrecta y que en lugar de esto el FBI pagó a piratas informáticos para desbloquear el iPhone 5C.

De acuerdo con un informe del Washington Post, el FBI tuvo la ayuda de hackers profesionales que descubrieron una falla de seguridad en el iPhone 5C.

Se utilizó entonces este fallo de seguridad para crear un novedoso hardware que entonces se utilizara para descifrar el código PIN de cuatro dígitos en el iPhone 5C.

No está claro aún si el fallo se dará a conocer a Apple, una decisión sobre esto al parecer será hecha por dirigentes de la Casa Blanca.

La falla al parecer sólo se aplica a los modelos no tan recientes de iPhone, esto incluye dispositivos como el iPhone 5C, Apple, obviamente, quiere corregir este error para asegurar que los datos de sus cliente se mantengan a salvo, esto dependerá de si el FBI decide dar a conocer la falla que pudieron aprovechar para acceder a la información del dispositivo.

El teléfono estaba protegido con la tecnología de encriptación más reciente de Apple, borrando así los datos en el teléfono después de las diez intentos fallidos de contraseña inconrrecta.

En su presentación original, la Oficina del Procurador de Estados Unidos argumentó: «Apple tiene los medios técnicos exclusivos que puedan ayudar al gobierno en la realización de su búsqueda, pero se ha negado a proporcionar esa asistencia voluntaria.»

El mes pasado, el juez federal Sheri Pym ordenó a Apple que cumpliera con la solicitud que provocó un debate muy público acerca de los límites de la privacidad.

Apple obtuvo el respaldo de una cadena de las principales compañías de tecnología de Silicon Valley, que advirtieron que cualquier creación de software con este fin, pronto se extendería a los usuarios sin escrúpulos, lo que debilitaria la protección de todos los consumidores.

También temían que el gobierno estadounidense había recogido el caso más fuerte que pudo encontrar – con 14 asesinatos y el espectro del terrorismo islámico – para presionar por una medida que sabía que iba a debilitar el cifrado.